Originalmente la palabra Huachicol era utilizada para describir el producto derivado de adulterar brandy, whiskies o rones con alcohol de caña; después fue adoptada por conductores de tráilers para referirse al hidrocarburo robado.
A principio de año en México, en algunos estados se dio desabasto de gasolina derivado de las acciones de combate al huachicol, entendido ya como robo y venta ilegal de combustible a nuestra Patria. Esto desató polémica por la estrategia para combatirla, molestias por la escasez de combustible y también, por qué no, una radiografía de cómo es cada uno de nosotros en momentos difíciles y de crisis.
Siempre es hermoso ver a la gente, más allá de cualquier inclinación política o interés personal, siendo solidaria y comprensiva ante los hechos. Me conmueve ver a los que viven las consecuencias de lo que creen, a los que no cambian su postura porque los demás les dicen que no están de acuerdo o no piensan como ellos, los que están dispuestos a morir incluso solos, porque otros no pelearán su misma batalla, aunque el territorio que se dispute sea de esos otros también.
Y ustedes dirán: ¿Y esto qué tiene que ver con la locución? Bueno, en los últimos tiempos con respecto al manejo de nuestro trabajo en la locución y referencias de costos, todos los cambios que se han dado en los medios y la publicidad, pareciera que ha dejado de importar la calidad de los profesionales de la voz por la oferta y la demanda de nuestros servicios. Es como si se alterara o falseara el sentido auténtico de nuestra labor y su valor, que se mide entre otras cosas en dinero. Sí, en dinero, por supuesto, porque es una profesión. Algunos piensan -¡y hasta dicen!- que las nuevas generaciones de profesionales de la voz deben cobrar menos que los que tienen más tiempo, como si valieran menos. ¡Imagínense! O que la interpretación vertida en cada proyecto de promoción o publicidad ya no necesita de profesionales porque ahora los canales de comunicación se han diversificado. Es verdad que los medios y la comunicación han cambiado, porque el mundo cambia, así también todos los actores de la publicidad y la mercadotecnia incluyéndonos a los interpretes. Por supuesto que también debemos cambiar y transformarnos, pero eso no significa eliminar o degradar la calidad de nuestro trabajo, ni mucho menos que cualquiera pueda hacer lo que nosotros hacemos de manera profesional con solo tener un micrófono, software y un proyecto para grabar.
Que no se malentienda lo que digo: la vida es un constante cambio y la locución no es la excepción. ¡Claro que es necesario que nuevas generaciones de locutores comerciales surjan! Porque todos tenemos sueños y el derecho de realizarlos, porque los que ya somos, no somos eternos y nos iremos yendo, porque el talento nuevo le da un clic de “refresh” al trabajo que todos hacemos, porque los que empiezan son nuestros grandes maestros y exploradores de los nuevos caminos, y porque juntos, locutores noveles y con trayectoria, somos una comunidad de voz, talento, creatividad y comunicación. A mi me importa que todos los que se dedican y piensan dedicarse a la interpretación comercial sepan que su trabajo vale y cuánto vale, y que ese valor va mas allá de tener 30 años o no de experiencia, porque nuestro trabajo vale por el impacto que tiene, por la gente a la que se alcanza, por lo que se logra a través de lo que decimos con nuestra voz, por el tiempo y los lugares en que son escuchadas estas voces. De ahí la importancia y responsabilidad de prepararnos, de buscar nuevos caminos, de ser mejor cada día, tengamos nada o más de 30 años de experiencia.
No sabría decir cuál es la mejor estrategia para combatir el huachicol en México, pero firmemente creo que lo importante es que se combata, y no tengo reservas en sacrificar mi interés personal por el bien común. Así que practicar el uso responsable del carro, esperar el día sugerido para cargar gasolina si es necesario y hacer fila para ello lo hago sin problema, porque es mi convicción. Y haciendo un parangón con la locución, la estrategia de trabajar y compartir las referencias de costos, contribuir a la toma de conciencia de que absolutamente todos sin distinción podemos aspirar a cobrar lo justo por nuestro trabajo, entendiendo en esencia el por qué, compartir información y conocimiento, crear canales de comunicación como éste dentro de nuestra comunidad y acompañar y servir a quienes desean entrar o seguir creciendo en el camino del artista de la voz, esa, también es mi convicción.
Busco inspirarme de cada uno de mis colegas, nuevos y no tan nuevos y si a alguien le sirve mi historia, adelante, que le inspire también.
Tener una convicción no es cualquier cosa, es hablar de quién eres. Por eso la pregunta es ¿Cuál es tu convicción?